M O N T A Ñ A
Conocimiento capital del habitante Andino es entender y saber cómo domesticar la pendiente de la montaña y el vasto borde oceánico y lacustre. Manejar el concepto de mínimo esfuerzo para subir, bajar o cavar es fundamental.
El emplazamiento puede ser paralelo a la pendiente ( acoderado ) o perpendicular, este último es preferido en lugares de nieve. Si el Sol Norte está hacia la montaña, idealmente hay que separarse como un enclave o torreta, si está al frente de la bajada, incluso se puede apoyar toda la espalda en la tierra de la pendiente.
La espacialidad interior no puede ser chata, tiene que lograrse el vértigo del abismo. En el valle hay que sentir el origen y desembocadura del espacio.
En la costa, mirar sólo al horizonte marino puede hacernos creer que la Tierra es plana… es bueno navegar mirando la inclinación que se hunde en el mar y las estrellas enmarcadas en el borde nocturno de las cimas Andinas.